"El que espera, desespera"
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No te quedes mirando el teléfono en espera de que suene "la llamada" deseada. Vive y disfruta de la vida, seguro que encuentras cosas que te harán sonreír |
Es fácil decir "ten paciencia", pero cuando ves que tu vida pende de un hilo, o cuando estás atado a una máquina, a veces esa paciencia se esconde, harta de estar presente en nuestras vidas. Pero por mucho que intente ocultarse o desaparecer, no la dejes... saca pecho y di: "No debo dejar de tener esperanza, ella me ayudará a mantenerme firme y a seguir adelante".
Y aunque a veces creamos que no podemos soportar más la espera, debemos respirar hondo y pensar que llegará nuestro día, y que mientras tanto, hay que cuidarse e intentar que nuestro cuerpo esté en las mejores condiciones posibles para cuando llegue el ansiado trasplante.
A veces ocurre, que cuando menos te lo esperas, es cuando aparece lo que quieres; por eso, lo mejor es que disfrutéis de la vida, de los momentos buenos, de la familia, de los amigos y dejéis de agobiaros, porque el día menos pensado es cuando recibiréis "el regalo".
Si tienes la esperanza contigo tendrás también la paciencia, porque una va de la mano de la otra. Puede que a muchos que están leyendo estas palabras, les cueste en estos momentos conservar una y otra; unos porque llevan años en diálisis y otros por haber pasado por varios trasplantes fallidos. Es comprensible, pero no dejéis que la desesperanza se instale en vosotros porque lo único que conseguiréis es estar tristes, irritables, y arrastraréis con vosotros a vuestra familia que os cuidan y os quieren.
Así que... a coger fuerzas y proponeros vivir con esperanza pero sin prestar demasiada atención; dedícate a salir con la familia y amigos, a realizar actividades que te gusten, a charlar, ir al cine...
Una cosa que tengo clara es que las mejores cosas no se planean, que simplemente ocurren y que es mejor no presionar al tiempo, ni agobiarse ni ponerse nervioso. Porque, realmente, si algo debe pasar, sucederá de todas maneras.
VIVE EL MOMENTO PRESENTE, QUE LO QUE TENGA QUE VENIR, VENDRÁ
Ana Hidalgo
Recuerdo que al principio pegaba un bote y se me acleraba el corazón cada vez que oía un teléfono sonar y cuando veía que no era "esa llamada" contenía las lágrimas a duras penas. Son reacciones normales, pero como bien dices hay que seguir viviendo y no quedarse anclado en ese punto porque solo provoca angustia.
ResponderEliminarSí, es verdad, esos "sustos" de cuando suena el teléfono cuando estás esperando la llamada para el trasplante, son impresionantes.
EliminarUn beso,guapa; y buen fin de semana