¡Cómo pesa la conciencia!
¡No me doy besos porque no llego!. Qué contenta estoy de haber cumplido toda la semana con mis ejercicios. A pesar del intenso calor, de la pereza y la flojera que me acosaban continuamente, he acudido a mi cita con pilates, zumba y demás.
Hoy ha sido el remate final; esta mañana no he ido por estar ocupadísima (eso digo yo, pero la verdad es que me he hecho la remolona) y poco ha tardado el remordimiento de conciencia en hacer su aparición..., ¡pero mira que es mala la conciencia, no nos deja en paz!. Y la señora conciencia me murmuraba:
-<< Ya está, ya no vas a cumplir con tus objetivos >>
-<<Si fuera por un buen motivo, pero no has ido porque no te ha dado la gana>>
-<<Tú no te quitas esos michelines en la vida>>
-<< Eso, anda ahora cómete ese pastelito>>
-<<¿Y tú eres la que tiene que dar ejemplo a tus seguidores?>>
Con tanto regañarme, estaba comenzando a sentirme mal por no haber acudido al gimnasio. Así que a la tarde he conseguido, no sin esfuerzo, despegar mi trasero del sillón del ordenador y, casi a rastras, con los 30º que marcaba el termómetro en el exterior, he ido al gimnasio (allí se está bien fresquito con el aire acondicionado).
He comenzado a bailar zumba sin muchas ganas, pero con el sonido de la música que te activa y del estupendo profesor, que nos anima y nos motiva, he dado todo de mí y he acabado en un charco de sudor y cansada, pero relajada y, lo más importante, muy contenta conmigo misma.
![]() |
Mis profesores de zumba: Aldo y Julio. Foto de:Estudi 10 |

Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario o tu testimonio. Esto da vida y anima mi blog. Os ruego que os identifiquéis con vuestro nombre o con vuestro nick, porque me gusta saber con quien estoy hablando.
NO PUBLICARÉ COMENTARIOS ANÓNIMOS.
Un abrazo