Una dieta baja en proteínas ralentiza la progresión de la enfermedad renal

“ No estoy enfermo, a mí no me duele nada”. “Entiendo que la insuficiencia renal debería hacerme cambiar el estilo de vida pero reconozco que inconscientemente me resisto a asumirlo: llevo 50 años de mi vida con unas costumbres establecidas que ahora son muy difíciles de modificar”.”Entiendo que debería adaptar mi dieta a mi nueva condición de enfermo renal pero me resulta muy complicado y caro comprar alimentos bajos en proteínas ”. Son sólo algunas de las luchas que el enfermo renal plantea contra sí mismo o su entorno tras recibir un diagnóstico de insuficiencia renal crónica (IRC) y vienen a resumir bastante bien los principales retos a los que se enfrenta el enfermo en la fase inicial de la enfermedad. Efectivamente el fallo renal crónico en su fase inicial es asintomático en la mayoría de los casos, lo que no contribuye a implicar al enfermo en tomar conciencia del inicio precoz del tratamiento y asumir ciertos ajustes en el estilo de vida que dependiendo de los casos pueden